Guía para no enloquecerte trabajando con gente tóxica

Guía para no enloquecerte trabajando con gente tóxica

November 05, 20254 min read

Yo francamente estoy convencida de que no es el trabajo el que te agota, son las personas tóxicas. Las que están actuando desde un bajo nivel de conciencia y evolución.

Esa gente dramática, venenosa, esas personas que sueltan indirectas como si fueran comentarios casuales, las que siempre “olvidan” algo y tú terminas arreglándolo. Y claro, tú queriendo mantener la compostura, el profesionalismo y la diplomacia… mientras por dentro estás haciendo pranayama para no explotar.

Esta guía no es para que te santifiquen ni para que empieces a decretar “solo energía bonita”. Es para que aprendas a mantener tu paz mental sin tener que renunciar o querer ahorcar a alguien en el intento.


1. El pasivo-agresivo con sonrisa de LinkedIn

Te felicita… pero te clava la puñalada disfrazada de cumplido. “¡Qué bueno que te ascendieron! Se nota que aquí premian la constancia más que el talento.” Traducción: te tiene envidia, pero lo suyo es el sarcasmo corporativo.

Qué hacer

No entres al juego. Respóndele con amabilidad estratégica, tipo: “Gracias, sí, ha sido un reto interesante.” Sin más. Que su indirecta rebote en tu serenidad.

Pro tip: el silencio incómodo es tu mejor respuesta. Y… si estás segura/o de ti, nada de eso te va a afectar.


2. La víctima crónica (reina del “yo no puedo”)

Le pasa de todo: el perro, el tráfico, la impresora, Mercurio retrógrado. Y tú, como buena persona funcional, terminas resolviendo lo tuyo y lo suyo.

Qué hacer

Empatiza, pero corta el drama. Pregúntale: “¿Qué necesitas hacer para solucionarlo?” Si se queda en silencio, ya sabes que solo quería atención.

Pro tip: la compasión sin límites hacia otros se traduce en agotamiento para ti.


3. El saboteador elegante

Te dice “qué buena idea” y a la semana la presenta como suya. Y tú, respirando profundo, repites tu mantra: “no todo karma es instantáneo”.

Qué hacer

Nada de drama ni confrontación impulsiva. Documenta, guarda correos, deja trazabilidad. No desde la paranoia, sino desde la inteligencia. Como decía un jefe que tuve: “Adriana, punto cadeneta” — y créeme, tenía razón.

Pro tip: los correos con copia son la versión adulta de “tengo testigos” y son la mejor forma de cuidarte, más cuando ya sabes a lo que te estás enfrentando.


4. El volcán emocional

Explota, grita, hace caras, y a los diez minutos actúa como si nada. Luego dice: “no es personal”.

Qué hacer

No respondas desde la emoción. Deja que se desahogue (sin aplaudirle el show) y, cuando el polvo se asiente, habla desde los hechos. Si no se puede hablar, se observa desde lejos: tu paz no está en alquiler ni tienes que educar adultos.

Pro tip: la calma, bien usada, intimida.


5. El zen pasivo (o el que manipula con su serenidad)

Todo le resbala, nunca se estresa, pero mágicamente tú terminas haciendo lo que él no quiso hacer. Ese tipo de paz… es explotación emocional con olor a incienso.

Qué hacer

No confundas tranquilidad con irresponsabilidad. Decir “no” también es un acto espiritual.

Pro tip: la paz que se logra a costa de ti no es paz sino abuso.


6. El cliente imposible (o “todo urgente para ayer”)

Dice que te necesita porque confía en tu criterio… pero después cuestiona cada detalle. Pide “solo un pequeño ajuste” que termina siendo una tesis de grado, y jura que “no es personal” cuando envía mensajes a las 10:47 p.m. con tono pasivo-agresivo.

Qué hacer

Pon límites desde el principio y repítelos sin culpa, con firmeza y serenidad. Explica tu forma de trabajar, define horarios, versiones y entregables por escrito. No te disculpes por tener estructura: eso también es parte del servicio.

Pro tip: los clientes difíciles no mejoran con paciencia, mejoran con acuerdos claros.


Conclusión

La gente difícil no se va y, es más, te garantizo que cada uno está haciendo lo mejor que puede con las herramientas y la conciencia que tiene. Pero tú sí puedes cambiar la forma en la que te relacionas con ellos. Lo importante no es ganar la discusión, sino salir entera/o del escenario.


Invitación final

Si el trabajo o las relaciones te están drenando la energía, el Eneagrama te puede ayudar a entender por qué ciertas personas te desestabilizan, y cómo mantener tu centro sin perder la humanidad (ni la paciencia). Me encantará acompañarte.

Adriana Zapata V.
Abogada · Coach · Mentora en Estrategia Personal y Empresarial
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“Menos ruido, más estrategia”

| Abogada | Coach | Mentora en Estrategia Personal y Empresarial | Ghostwriter LinkedIn | Conferencista y Autora Internacional de Liderazgo, Bienestar, Propósito y Felicidad.

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